"Tengo 29 años. Hace 4 años, sufrí un ataque de ansiedad
cuando viajaba en coche. Empecé a encontrarme muy mal, a tener la sensación de
que me estaba ahogando y lo único en lo que pensaba era en que no podía escapar
de ahí y que me iba a dar un ataque al corazón. Me diagnosticaron ataque de
pánico. A partir de entonces, evitaba cualquier transporte. A las pocas
semanas, me volvió a ocurrir lo mismo pero por la calle. Comenzaba mi infierno.
Dejé de trabajar, no quería salir de casa porque sentía verdadero pánico a que
me volviese a ocurrir. Por entonces, vivía con mis padres y los tenía
esclavizados porque no quería estar sola ni cinco minutos. Mi único pensamiento
era: ”me va a volver a ocurrir y no va a haber nadie para llevarme al
Hospital“.
Hoy lo tengo superado y llevo
una vida totalmente normal. Por fin puedo decir que conseguí salir de aquella
”cárcel“ en la que estaba metido”.
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