jueves, 17 de mayo de 2018

UN CASO DE ANSIEDAD

“Me levanto por las mañanas. Bien, muy bien. Según pasa el día, algo que no puedo controlar, me desequilibra, me hace sentir mal. Como que no puedo. Tengo ansiedad, me dicen. Yo no sé que es.  Y se me manifiesta de una  forma que no puedo comprender. No lo entiendo. Porque yo no soy así. No encuentro razón, ni respuestas. No sé el origen. Sólo sé que me pasa.
No entiendo porque me pasa esto. Me da ansiedad, me dicen. No se de dónde me viene. Estoy bien, en un momento tranquilo y, de repente, me vienen ideas de hacer daño, de lesionar, de dañar, a la gente que tengo al lado. A mi pareja, a mis familiares o a mis amigos. Yo esto no lo entiendo. No lo puedo controlar. Jamás haría daño a nadie, y menos a gente que me quiere. No lo entiendo. No sé porque me pasa esto. Lo paso muy mal.
Dicen que  se puede manifestar la ansiedad de muchas maneras. En mi caso, me vienen imágenes, ideas, en forma de hacer daño a la gente que tengo al lado. Siempre, bajo la ansiedad. Imagínate, racionalmente, hacer daño a quién tienes al lado…
Por ejemplo, estoy en casa. En la cocina. Estoy con mi novia. Solos los dos. Vamos  a cenar. Me vienen ideas del tipo ¿y si le hago daño? ¿Y si cojo y le hago daño? Así me viene mi ansiedad. Yo no he hecho daño nunca a nadie. Por lo que, si  estoy con ansiedad y, encima, siento que mis pensamientos de ansiedad chocan con mis valores como persona, se me parte todo.
Así paso los días. He estado dos años que me han pasado cosas negativas. Me lesiono y no puedo hacer deporte. Ansiedad leve. Se muere mi abuelo. Estrés, duelo. Me echan del trabajo. Estrés, ansiedad no tan fuerte como ahora. Voy llenando el globo. No hago nada por cambiar. Explota. Aparece esa fuerte  ansiedad de una manera. Y yo no puedo controlarla. La leve si pensaba que podía. Si hubiera pedido ayuda antes todo hubiera sido más fácil. Ahora. Apretar los dientes. Ayuda. Porque me toca trabajar  y cambiar este estado en el que me encuentro. Tiempo”.


miércoles, 9 de mayo de 2018

¡A LOS ADOLESCENTES, JÓVENES…A TODOS!

¿Qué somos? ¿Adónde vamos? A veces, nos lo cuestionamos. Vemos noticias en tv que nos cuesta creer. No van con nosotros. No forman parte de nosotros. Nuestros valores, nuestra educación, nos hace que no nos identifiquemos con esas noticias. Nuestra moral no está de acuerdo con lo que observa. Ira.

Recordemos que cada persona tiene un valor como persona. Valor inherente, repetía mi amiga L.W. no hace mucho. Sí, cada persona tiene un valor, sea de la raza, nacionalidad, trabajo, personalidad, posición social… que muestre en la sociedad. Todos valemos. Tú vales. Tienes tu valor.

Luego está, conforme vamos creciendo, la educación, los valores que nos han enseñado. Que esto no es sólo cosa de los profesores, oiga, como algunos piensan. Ni tampoco de aprendizaje exclusivo de los mismos padres. Al final, es de todos, de todos con los que nos vamos relacionando conforme crecemos.

De todos esos intercambios con todo lo que nos rodea, familia, vecinos, amigos, estudios, trabajo, cualquiera con quien se cruce en nuestro camino, resultamos cada uno de nosotros. No dejamos de ser nosotros mismos, pero nos influyen, aprendemos, a veces positivamente, otras el resultado puede ser muy negativo.

Coge un folio. Escribe. Mira que valores tienes. ¿Los tienes? ¿De verdad los pones en práctica en tu día a día? ¿Estás de acuerdo con la educación que tienes? ¿Te beneficia relacionarte con ciertas personas? ¿Hay algo que puedas cambiar?


Dicen que fracasan los padres, que fracasan los profesores, que fracasa el ambiente, los amigos, la sociedad… Pero, y si nos miramos cada uno, y antes de salir en las noticias, ponemos en valor nuestros valores. Y tú, ¿de qué manada quieres formar parte?