viernes, 3 de octubre de 2025

¿CÓMO SABER SI TIENES UN TRAUMA?


Hay momentos en la vida en los que nos pasan cosas que no sabemos cómo manejar. Puede ser un accidente, la pérdida de un ser
querido, un desastre natural, una ruptura de pareja, que nos hagan o nos hicieron hace años bullying, ser víctima de un abuso sexual o sufrir una experiencia extremadamente humillante. Estos sucesos suelen generar emociones muy intensas y pueden causarnos traumas psicológicos o emocionales. En terapia trabajamos todos estos aspectos. Hablar con un profesional de la salud mental puede ayudar a procesar lo que nos genera malestar, aprendiendo a lidiar con ello.

La manera más sencilla de saber que albergas un trauma en tu interior es porque de pronto algo en la realidad, una persona una situación, algún comentario, algún acontecimiento, se convierte en un detonador, es un detonante. Algo se activa en tu interior, que duele. Es incómodo, es molesto, es desagradable.

 

A partir de ahí, hablamos de sensaciones. A veces es una sensación de rechazo, a veces una sensación de abandono, a veces una sensación de justicia, a veces una sensación de inseguridad a veces una sensación de vacío, a veces una sensación de insuficiencia. Hay muchas sensaciones, dolorosas, incómodas. Esto nos da una información de que hay un aspecto, interior, nuestro, que todavía no está sanado, no está integrado. De alguna manera, está sepultado. Y esa sensación es tan desagradable, tan incómoda, que nos vamos a la cabeza, porque está conectado, y empezamos a contarnos una historia, muchas veces egocéntrica, narcisista, victimista, donde
señalamos al estímulo, al detonante, y lo culpamos por esto que estamos sintiendo.

 

Es imposible que nada de lo que hay fuera de ti tenga el poder de hacerte sufrir porque en realidad todo son excusas o detonantes. El dolor ya estaba dentro. Gracias a estas situaciones, personas, acontecimientos, puedo ser consciente de algo de lo que no soy
consciente.  El día que eso esté sanado, transformado, ese mismo hecho, esa misma persona, ese mismo comentario, ya no detonará esa herida, porque esa herida ya no estará dentro de ti. En vez de culpar, victimizarnos y juzgar a estos estímulos tan necesarios para nuestra sanación, empezamos a verlos como lo que son, cómplices de nuestro despertar y transformación interior.


Armando Galián. Psicólogo.

Calle Apóstoles, 26 Entlo. A (Murcia)

Teléfono: 661 235 280

Web: www.psicologiagalian.com

Terapia Online




sábado, 30 de octubre de 2021

DOS CAMINOS

Quisiera hacer hincapié en  un proceso  que nos afecta a todo al mundo de una manera u otra.  Lo observamos en todos los que nos rodean, lo vemos en una u otra persona, hasta en  nosotros mismos. Aquí se pretende hacer   consciente ese proceso. Veamos.

El asunto es que hago yo ante otra persona, familiar o amigo, particularmente, a la hora de relacionarme con él. Aquí encontramos dos caminos a tomar.

Por un lado, puedo quedarme sentado, pasivo, y así pensar: “cómo la otra persona no me llama, no me visita, pues yo no lo llamo o no lo visito”. La mayoría de la gente tiene pensamientos de este tipo. Toman la decisión de quedarse inactivos, parados. No me relaciono. Se basan en lo que la otra persona hace.

Por otro lado, puedo tomar un papel más activo. Puedo pensar: “me da igual que la otra persona me llame o me visite, es lo que yo quiero, y lo que quiero es...”. Aquí, la persona es activa. Mi decisión depende de mí mism@, no baso mi decisión en lo que haga la otra persona, sino en lo que depende de mí.

Ten en cuenta que aquí no hablamos  de que yo nunca tengo tiempo para llamar, o mi tipo de vida no me permite visitar a nadie. Aquí sólo comentamos los dos tipos de procesos que se llevan a cabo a la hora de enfrentarse a tu decisión de relacionarte (específicamente, llamar por teléfono o visitar) que se observan en la mayoría de personas.

Ahora, tú decides. Me quedo pasivo por cómo se comportan los demás. O me muevo por lo que yo quiero, sin basarme en lo que hacen los demás, sólo teniendo en cuenta lo que depende  de mí. Nadie te juzga. ¿Tú decides?

Armando Galián. Psicólogo.

Calle Apóstoles, 26 Entlo A (Murcia)

Teléfono: 661 235 280

www.psicologiagalian.com

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lunes, 25 de enero de 2021

¿PASTILLAS? ESA AYUDA.

Creencias hay de todo tipo. Si hablas de esto con alguien, encontraras muchos tipos de opiniones, muchos tipos de juicios, y de prejuicios. Al final, es la decisión personal de cada uno la que te hace actuar en consecuencia de lo creído. No es aquí la intención de que cambies de juicio y acción, pero si ver todo el mapa de posibilidades a la hora de abordar  el hecho de tomar medicación o no, junto a terapia o no,  ante un problema de salud mental.

La respuesta es depende. Depende como se encuentre la persona, depende como se encuentre en este preciso momento. Hay quien su salud mental está grave y ahí si es necesario el uso de medicamentos (siempre bajo prescripción y  supervisión de tu doctor o psiquiatra correspondiente). En estos casos graves, es importante la ayuda de pastillas y, llegado el caso, trabajar eso que nos pasa de forma terapéutica con nuestro psicólogo. Es posible que la persona lleve a cabo las dos cosas a la vez desde un inicio, medicación y terapia. También, que sólo empiece con la medicación y, llegado el momento, ejecutar la terapia.

Luego tenemos los casos más leves. En estos casos hay quien toma medicación sin ser necesario, sufrimos emociones desagradables y eso no nos gusta, así que echamos mano de la medicación. Error. La sociedad nos impulsa al “esto hay que solucionarlo, y hay que solucionarlo yaaaaa”. Por ejemplo, ahora en esta época de Covid, una ansiedad leve, pero que trastoca nuestra salud mental. Aquí no es necesaria la pastilla. Ante esa ansiedad (u otro trastorno mental sufrido de forma leve, como digo), hay que actuar y trabajar esa ansiedad. No postergarla ni dejarla para más adelante es lo adecuado.  “Cuando se acabe el virus veré”, es el pensamiento. Mientras la pastilla, el Orfidal dicen, de turno me alivia. Error. Alivia, pero no se trabaja la ansiedad. Puede seguir apareciendo esa ansiedad el resto de tu vida de otras maneras y formas, en épocas sin Covid, y nos preguntaremos que me pasa que está todo bien y ahora tengo ansiedad. Conectaste con ella, pero no la trabajaste.

Así que, dependiendo del estado que tengamos, va a ser necesaria la ayuda de la pastilla o no. Su abuso o dependencia dejémoslo en que  no es sano a veces. Cuando la situación sea grave y necesaria, se ha  de acudir a ella bajo prescripción médica o psiquiátrica. Y hacer su correspondiente trabajo psicológico. Si eso que nos trastoca nuestra salud mental es leve, lo mismo con la misma terapia nos es suficiente, no hay que abusar aquí de la pastilla, quizá lo estamos haciendo al revés. Vuelvo al principio, tú decides.


Armando Galián. Psicólogo.

Calle Apóstoles, 26 Entlo A (Murcia)

Teléfono: 661 235 280

Web: www.psicologiagalian.com

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viernes, 15 de enero de 2021

ANSIEDAD EN TIEMPOS DE COVID

Llevamos casi un año en una situación excepcional. El mundo se para ante un virus dañino. El ser humano cambia su estilo de vida. Nuevos pensamientos, nuevas conductas, nuevas creencias. Incertidumbre, riesgos, anticipación. Quiero salir de esta con mi salud y la de los míos sin que les pase nada. Sin que nos pase nada. Maldito virus!

Es tal el bombardeo de noticias y escritos, por televisión, internet, radio, que no sabemos a qué atenernos a veces. Unas noticias más realistas que otras. Más verdades que otras. A veces nos perdemos en el camino. Ahí surgen nuestras creencias sobre la situación en la que estamos viviendo. Muchas veces esas creencias no son adecuadas. Nos hacen daño. Seguimos con ellas. No sabemos cómo salir de ahí. Maldito virus!

Vivir esa situación con creencias y emociones no adecuadas nos provoca esa ansiedad en la que nos encontramos ahora mismo. Hay quien la vive de forma más leve. Otras personas la sufren de forma más grave. Ahí es cuando hay que actuar y trabajar esa ansiedad. No postergarla ni dejarla para más adelante es lo adecuado.  “Cuando se acabe el virus veré”, es el pensamiento erróneo. Maldito virus!

Ahora me encuentro con ansiedad. Tengo palpitaciones, opresión en el pecho, y otra serie de características de la ansiedad, y sus respectivas creencias y emociones. Estoy preocupado, anticipo el miedo. Miedo, esa es la emoción que me surge en esta época. En este momento. Esto no lo puedo controlar...Para que postergarla. Error. Es el momento. Maldito virus!

Mientras, doy vueltas con mi trabajo, mis estudios, las cosas de casa. En el momento más inoportuno aparece esa ansiedad. Lo paso mal. Me agobio. Otra vez ese miedo. De aquí no sé salir. Pero si se puede. Claro que se puede. Y otra vez vuelve esa ansiedad. A veces de forma repentina, otras veces porque yo la busco. Maldito virus!


                                                                                                   Armando Galián. Psicólogo 

                                                                                      Calle Apóstoles,26 Entlo A (Murcia)

                                                                                                               Teléfono: 661 235 280

                                                                                            Web: www.psicologiagalian.com

                                                                                                                        Terapia Online