Ludopatía
o juego patológico, es considerado un problema psicológico que afecta diversos
aspectos de la vida (personal, familiar, laboral, social y económica). La
persona afecta su capacidad para poder autocontrolarse y le es difícil decir,
no siendo incapaz de aplazar el impulso o deseo por jugar.
Con
frecuencia un familiar o las personas más cercanas van detectando los cambios
en su estado de ánimo (irritabilidad, mal humor, poca tolerancia, preocupación
intensa, ansiedad, insomnio, etc.).Normalmente, cuando la ludopatía es
descubierta por la familia, esta no es capaz de comprender. Aparecen o se
incrementan las discusiones, los conflictos y problemas de comunicación. La
rabia y la impotencia se adueñan de los familiares, sintiendo mucha
desconfianza y dudas hacia el ludópata. Se puede comenzar a preguntarle
constantemente o espiarle y controlarle en todo momento. En el peor de los
casos se le llega a juzgar de manera negativa, apareciendo un distanciamiento
afectivo. Es decir, la familia se deteriora en su totalidad hasta el punto de
poder llegar a una ruptura familiar. La familia de un ludópata en general lo
vive con mucha angustia, estrés, ansiedad e incertidumbre, sintiendo mucha
frustración, vergüenza y decepción.
Si
sospechamos o sabemos que un familiar nuestro padece ludopatía, lo primero es
pedir ayuda psicológica cuanto antes.Lo principal es entender que se trata de
una enfermedad complicada de la que lo más probable es que no pueda salir solo.
Muchas veces aunque queramos ayudarle podemos llegar a perjudicar la situación
o llegar al fracaso. Se trata de un proceso largo de lucha contra su adicción,
donde necesita el apoyo de su familia y amigos.
El
objetivo es volver a reconstruir nuestra vida, donde para lograrlo vamos
necesitar paciencia y constancia. Es decir nuestro papel como su familia, es
ayudarle abordando el tema con tranquilidad y haciéndole ver que tiene solución
y que tiene nuestro apoyo.