martes, 25 de junio de 2019

LUDOPATÍA, AFECTADA LA FAMILIA

Ludopatía o juego patológico, es considerado un problema psicológico que afecta diversos aspectos de la vida (personal, familiar, laboral, social y económica). La persona afecta su capacidad para poder autocontrolarse y le es difícil decir, no siendo incapaz de aplazar el impulso o deseo por jugar.

Con frecuencia un familiar o las personas más cercanas van detectando los cambios en su estado de ánimo (irritabilidad, mal humor, poca tolerancia, preocupación intensa, ansiedad, insomnio, etc.).Normalmente, cuando la ludopatía es descubierta por la familia, esta no es capaz de comprender. Aparecen o se incrementan las discusiones, los conflictos y problemas de comunicación. La rabia y la impotencia se adueñan de los familiares, sintiendo mucha desconfianza y dudas hacia el ludópata. Se puede comenzar a preguntarle constantemente o espiarle y controlarle en todo momento. En el peor de los casos se le llega a juzgar de manera negativa, apareciendo un distanciamiento afectivo. Es decir, la familia se deteriora en su totalidad hasta el punto de poder llegar a una ruptura familiar. La familia de un ludópata en general lo vive con mucha angustia, estrés, ansiedad e incertidumbre, sintiendo mucha frustración, vergüenza y decepción.

Si sospechamos o sabemos que un familiar nuestro padece ludopatía, lo primero es pedir ayuda psicológica cuanto antes.Lo principal es entender que se trata de una enfermedad complicada de la que lo más probable es que no pueda salir solo. Muchas veces aunque queramos ayudarle podemos llegar a perjudicar la situación o llegar al fracaso. Se trata de un proceso largo de lucha contra su adicción, donde necesita el apoyo de su familia y amigos.

El objetivo es volver a reconstruir nuestra vida, donde para lograrlo vamos necesitar paciencia y constancia. Es decir nuestro papel como su familia, es ayudarle abordando el tema con tranquilidad y haciéndole ver que tiene solución y que tiene nuestro apoyo.



DAR EL PÉSAME, ¿CÓMO ACTÚO?

En general la gente evita hablar sobre la muerte y el luto, por eso resulta tan complicado saber qué decir a alguien que se enfrenta a una pérdida.Ante una pérdida, la naturalidad y la educación son siempre los mejores aliados.

Quien padece el duelo, fundamentalmente se encuentra triste. Acaba de perder a alguien que quiere y esa tristeza embarga muchos aspectos de su vida. es una emoción lógica. Es inevitable pasar el duelo y hay que hacerlo de la mejor manera posible.

Recurrir a ciertas frases durante el proceso de duelo puede causar más daño que beneficio a la persona a la cual intentamos ayudar. Por ejemplo, la frase "se como te sientes" es muy utilizada, pero realmente nadie puede saber cómo se siente la otra persona, porque el duelo es íntimo, personal e intransferible. Y la frase " el tiempo lo cura todo", atribuir al tiempo el poder de curación sin dar herramientas es arriesgado. O "ahora ya descansáis los dos", utilizado cuando el difunto ha sufrido una larga enfermedad, puede sumir a su cuidador en un estado de culpabilidad.

La mejor forma de actuar es acompañando a la persona que sufre. debe sentirse libre para expresar sus emociones. Hay que dejarla llorar, enfardarse o tener envidia. Es mejor no decir nada en vez de arriesgarse a soltar una frase inadecuada o mentir. lo más conveniente es tirar de la comunicación no verbal. Dar un abrazo, una caricia, o una mirada.