El abuso de
las nuevas tecnologías y la obsesión por estar permanentemente conectados
pueden ser señales de que un adolescente es adicto a ellas. En este caso, cada
vez necesitan dedicar más tiempo a ellas para obtener el mismo nivel de
satisfacción. Así, se desarrollan consecuencias como cambios en la conducta
social, en las relaciones familiares y en el rendimiento académico. Se ha
observado que el uso intensivo de los dispositivos electrónicos está activando
nuevas zonas en el cerebro, en detrimento de otras relacionadas con la memoria
y /o la capacidad de organización.
Síntomas: Tu
hijo se ha vuelto irritable si no está con el móvil en la mano, sufre cambios
de humor y se calma cuando está conectado, no apaga el móvil por la noche, se
han alterado sus ritmos de sueño y alimentación, se alteran las actividades
cotidianas (suspende actividades solo para usar el móvil o el ordenador).
Desde aquí,
le recomendamos y podemos ayudarle a no hablar de dejar de usarlas, sino más
bien emplearlas siempre de forma responsable y enseñar a usarlas con
moderación.
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