miércoles, 7 de noviembre de 2018

HOY CONVERSAMOS CON...GABRIEL CÓRDOBA


Hoy charlamos con Gabriel Córdoba. Murciano, afincado en Barcelona, realiza teatro, monólogos por toda España. Regenta una academia  de comedia llamada Stand Up Academy en Barcelona. Hablamos de humor, risas, la psicología en su trabajo y en el mío, y hasta de bullying.

ARMANDO GALIAN PSICÓLOGO: Empieza Gabriel Córdoba en esto del teatro y espectáculo  por Murcia.
GABRIEL CÓRDOBA: Sí.  Empecé con 14 años viendo una obra de teatro recién llegado al instituto y me enamoré, supe que quería hacer eso para el resto de mi vida, me apunté a un grupo de teatro y ahí empezó todo lo que me llevó después a ganar un concurso de monólogos y a dar clases y a escribir libros. Nunca lo pensé, es más de lo que soñé.
A.G.P.: ¿Cómo entiendes el humor?
G.C.: Cómo una herramienta, como un vehículo para cambiar tú y a los que te escuchan, como el teatro, como el cine o la literatura. El humor puede ser una forma artística que transforme el entorno. Decía Oscar Wilde, si quieres decirles la verdad, hazles reír o te matarán.
A.G.P.: En tu profesión a la gente aportas...
G.C.: En mis alumnos aporto estabilidad y herramientas para que se desenvuelvan en un mundo profesional caótico como es el mío. En los escenarios aporto alegría y un mensaje muy positivo de respeto a las diferencias. Y cuando escribo intento inspirar al que lee.
A.G.P.: Estarás en algún canal de pago, es que no le vemos haciendo televisión o cine.
G.C.: He aparecido en Comedy Central y TV3 haciendo monólogos, pero no soy muy mediático, ¡afortunadamente!
A.G.P.: Y tu consagración, ¿Para cuándo?
G.C.: Hay gente que entiende lo de la consagración como ser el nuevo Berto Romero o Dani Rovira, eso es algo casi imposible por mucho talento que tengas. Me siento muy querido y respetado en Barcelona. Se me encargan trabajos de responsabilidad todo el tiempo para instituciones y teatros, y eso es algo que me hace sentir muy valorado. Dirijo mi propia academia y tengo un montón de proyectos. Hubiera sido imposible en Murcia, así que para mí mi consagración empezó cuando me cogí el tren para Barcelona.
A.G.P.: ¿Eres un influencer del siglo XXI?
G.C.: Ni hablar. Me gusta compartir pensamientos a través de mi blog y llevo dos libros publicados, pero eso no es ser influencer, al menos no como está concebido hoy en día. Eso sí, me encanta influir en la gente de mi entorno, puedes elegir cuando conoces a alguien preguntarte qué puede hacer esta persona por ti o qué puedes hacer tú por esa persona. En esa decisión intento elegír dar luz y no generar caos en los demás 
A.G.P.: No le voy a preguntar si es mejor público el murciano que el catalán, o al revés.
G.C.: Pues no te lo contesto, no pasa nada. Jajajaja.
A.G.P.: Adicto a...
G.C.: La lectura, la comida italiana y al azúcar.
A.G.P.: Algún ritual que sigas antes de un espectáculo para relajar tu ansiedad, no sé, un último vistazo a los apuntes.
G.C.: Un show nunca debe entenderse como un examen, así que nada de mirar apuntes o guiones, si a esas alturas, antes de salir tienes dudas, hay que trabajar la inseguridad, no los textos. Siempre intento bailar aunque no haya música para relajar los músculos, respirar profundo, calentar la voz y beber mucha agua. ¡Y a disfrutar!
A.G.P.:   Digo yo que te dará ansiedad antes de...
G.C.: Me da ansiedad lo desconocido, llevo 25 años sobre los escenarios, es como mi casa, así que no sufro de ansiedad a la hora de actuar, menos mal.
A.G.P.: ¿Existe la depresión en la vida de un monologuista?
G.C.: Por supuesto. Hay una historia en la que un hombre va al psicólogo y le dice que está deprimido, y el médico le recomienda ir a ver a un famoso payaso que actúa esa noche en el teatro de la ciudad. El paciente contesta, yo soy ese payaso. De la tristeza no se libra nadie, ni del dolor, pero igual que un fontanero se guarda las lágrimas y va a trabajar, nosotros también. A veces es duro, aunque tengo la suerte de que nunca me han diagnosticado una depresión, eso son palabras mayores.
A.G.P.: Por el hecho de ser gay, ¿has sufrido bullying en algún momento  de tu vida?
G.C.: Toda mi vida, desde que tengo recuerdos. He sufrido menosprecios y rechazos incluso antes de saber si yo era gay o no, me sexualizaron y discriminaron, mucho antes de tener una sexualidad propia, por parte de mi familia y de mi entorno sólo por tener pluma. El colegio y el instituto, sobre todo este último, fueron horribles. Aún hoy sufro de prejuicios de gente en lo laboral y personal.
A.G.P.: Si es así, que le decimos a los que lo padecen  actualmente.
G.C.: Yo estoy muy agradecido a la experiencia del bullying, aunque no a los que la propiciaron. Me hicieron un rebelde pero no de la forma que la gente cree. Siempre he sido muy amable y cariñoso y he amado las artes, y eso en mi entorno, créeme, era un verdadero acto de rebeldía. El que lo padece tiene que denunciarlo, no cambiar nada, ni hacer nada más ni para ser aceptado ni para que le respeten, ya merece respeto por el hecho de haber nacido, es un derecho inherente en el ser humano, son los que hacen el bullying los que deben hacer algo, como leer.
A.G.P.: En consulta me preguntan sobre los límites de los niños, ¿el humor tiene límites?
G.C.: Los límites los decide el que escucha y en su derecho está de no consumir lo que no le gusta, pero no de censurarlo. Eso es muy peligroso. La gente tiene derecho a opinar, pero no a decirme de qué o de qué no puedo hacer bromas. Pero otra cosa es en los niños, que usan el humor para humillar y hacer daño, eso no es humor, hay que hablar con los padres.
A.G.P.:   En psicología utilizo la terapia online con pacientes. Todo formal. Muy correcto. No te imagino yo  desde casa realizar un monologo con tu bata.
G.C.: Pues todo es ponerse, pero no, desde luego no entra en mis próximos planes.
A.G.P.: Las personas se estresan por variadas cosas y situaciones, llega el estrés a la vida de Gabriel córdoba
G.C.: He aprendido con los años que una persona puede hacer mil cosas a la vez y no estar estresado y en cambio morirse de estrés por tener que hacer una sola cosa. Suele pasar que esa cosa realmente no la quieres hacer. En mi caso, cada cosa que hago desde que me levanto hasta que me acuesto la he elegido yo, tengo la vida que siempre quise tener. Yo no trabajo, yo disfruto. Así que el estrés no me toca demasiado, quejarme sería de ser muy desagradecido con la vida.
A.G.P.: Veo que  la improvisación se le sale de su piel.
G.C.: Tengo una herramienta muy bien afinada a base de defenderme del mundo, y ahora la utilizo para querer al mundo. La improvisación bien hecha es ausencia de miedo. Supongo que será eso, que ahora no le tengo miedo a nadie.
GABRIEL CORDOBA.  BENDITA LA HORA QUE COGISTE ESE TREN. ESE TREN DE MURCIA A BARCELONA PARA CUMPLIR TUS SUEÑOS. TU SUEÑO DE SUBIRTE A UN ESCENARIO, ENTRE TEATRO Y MONOLOGOS, PARA LLEGAR A SER LO QUE ERES. PROVOCANDO RISAS POR CADA LUGAR QUE PASAS. YA SEA EN BARCELONA O EN EL RESTO DE ESPAÑA. TU AHÍ DISFRUTANDO ENTRE TUS COCACOLAS Y TUS PIZZAS MARGARITA. ACTÚAS DEJANDOTE LA PIEL, MIENTRAS EN TUS DESCANSOS  VES  TU PELÍCULA  FAVORITA (“LA FINESTRA DI FRONTE”)  O TE LEES TU LIBRO FAVORITO (“YO TE QUISE MÁS” DE TOM SPANBAUER). TE IMAGINO CORRIENDO, DE TU CASA A TU ACADEMIA, PASANDO POR UNO U OTRO ESCENARIO, MIENTRAS VUELVES A TU CASA A CUIDAR DE TUS QUERIDOS “PLAYMOBILS”. GRACIAS POR TU RISA, POR TU HUMOR, CONSAGRADO ACTOR.


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