martes, 22 de enero de 2019

ZONA DE CONFORT

Es una zona en la que estamos  cómodos  con nuestros hábitos y costumbres, nos sentimos seguros, aunque puede que no estemos todo lo a gusto que quisiéramos.  Puede que sintamos un cierto malestar, como si tuviéramos una china en un zapato. Pero, paradójicamente, mantenemos la china en vez de quitárnosla.

Desde la zona de confort no hay aprendizaje. No hay que nos estimule para algo diferente, para hacer algo mejor, o simplemente para hacer algo. No se ve la necesidad de esforzarse porque  le vale lo que tiene. Hay creencias de fondo, con las que nos justificamos para no hacer nada, como que lo que tenemos es lo  mejor que lo que no conocemos, el miedo a lo desconocido, creencias sobre lo que nos merecemos y somos capaces de hacer.

Para cambiar se necesita sentir la necesidad de cambiar y, a continuación, un acto deliberado de voluntad que inicie y mantenga el cambio. En Psicología, y en  Coaching, se estimula a que  el cliente de el paso de la zona de confort a la zona de reto. Todo ello, en un ambiente de confianza y  con una adecuada percepción de logro.

En la zona  de reto está cargada de automotivación, dónde la persona tiene ganas de cambiar y de hacer lo necesario para ello. Ya en los resultados, dejamos de lado nuestros hábitos  habituales y adaptamos  nuevas formas de hacer y de ser más acordes con nuestras necesidades y deseos. Los resultados son esperados, lo llamamos éxito, sino hablamos de fracaso, aunque lo útil es hablar de aprendizaje.

Lo idóneo es que el cliente pase  un proceso ideal desde estar en su zona de habitualidad, supere sus miedos, se centre en alcanzar sus retos y los resultados sean los extraordinarios para que le ayuden a evolucionar.



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